martes, 24 de febrero de 2009

LA BANDA EN QUE TOCO: A STATEMENT


08 fue el año más intenso que recuerde a nivel creativo: la conferencia Lovecraft, la tonelada de poemas que escribí, innovaciones en horno y sartén, ser licenciado finalmente, cosas nuevas que estudié y aprendí. Pero ser parte de los Voightkampff, o VKF, fue lo mejor de todo, o todo en sí mismo. Haber vuelto a ser músico, haber visto a mis amigos, Nacho, Fede, Iván, Sergio, convertirse en compañeros de viaje, haber hecho tanto en tan poco tiempo, eso es genial, y se siente genial. 08 tal vez no fue un gran año a nivel personal. A little trickery and deceit, algo de confusión, quizá. No importa. Algo aprendí. Y en todo caso, esas cosas mueren, por 35 minutos, en un escenario.

Siento que hay un propósito verdaderamente sincero en todo esto. Una voluntad, si quieren. Y para mí es importantísimo. Es el hecho de decir algo válido, de hacer una declaración de forma valiente. La música de VKF es totalmente oscura, no pienso negarlo, y lo disfruto. Es un lenguaje de amargura, de angustia, de discordia y confrontación, pero también es un lenguaje de trascendencia, y de reunificación. Pero la música hermosa con la que pasé mi vida, Tool, Morrissey, Bruce Springsteen, Slayer, Napalm Death, Nick Cave, Einstürzende Neubauten, Suede, Uniform Choice, Throbbing Gristle, es la celebración de ese lenguaje exactamente, y de esa trascendencia, de esa reunificación.
Hay demasiada música egoísta en esta ciudad, bandas construidas para servir un ghetto, para encajar y ser cool. A algunas las disfruto muchísimo, pero no pienso servirme a mí mismo ni a eso siquiera con mi música. No quiero ser cool ni decorativo, no quiero ni puedo encajar. Nunca fui ese chico. No me interesa la decoración, el momento complaciente. Quiero construir edificios.

VKF es una banda, a mi entender, realmente política. Más allá de las causas que nos identifican o apoyamos, no las decimos explícitamente. No es nuestro lugar hacerlo, calculo. Dylan decía: “Gotta serve somebody.” Y veo en muy pocos esa trascendencia, ese deseo de darle a algo a alguien para que transforme su vida. Eso, al menos, es mi intención. Hay algo más allá de la ansiedad, de la depresión, del factor alienante, la farmacología, el sentir un ataúd en tu espalda cada mañana de tu vida, el dar todo para recibir nada a cambio, el sentir que no tenés una chance en este mundo. Quiero dar una respuesta. Creo que puedo hacerlo.

Esperen muchísimo de VKF, y de mí.


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